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sábado, 21 de diciembre de 2013

iPhone detecta el acohol


Miguel Michán
No hace demasiado leía un estudio llevado a cabo por una conocida aseguradora sobre los trucos favoritos de los españoles para evitar dar positivo en el control de alcoholemia que concluía que un 10% de los conductores confía en la efectividad (y por lo tanto, ha puesto en práctica en un momento u otro) de sistemas tan variopintos como chupar granos de café o monedas de cobre (¿?), masticar chicle o césped (¡¿?!), beber agua o incluso lamer la batería del móvil (¡¡¿¿??!!).
Los usuarios de iPhone ni tan siquiera tenemos esta última opción y dado que hacer flexiones o esperar una o dos horas a que se nos pase la corgorza tampoco funcionan, quizás este alcoholímetro no sea una mala idea después de todo. Alcohootse conecta a la entrada de auriculares del teléfono y entre otras cosas nos permite hacer un seguimiento de nuestra tasa de alcohol que probablemente nos confirme algo que pocos sospechan: conforme avanzan las horas la tasa aumenta en lugar de disminuir incluso aunque haga rato que dejamos de beber.
Alcohoot tiene un precio de 119 dólares y además de un surtido de boquillas intercambiables también cuenta con una batería de ion-litio capaz de aguantar hasta 500 test con cada carga y una app gratuitacon algunas funciones más o menos interesantes (aunque muchas de ellas no disponibles en nuestro país) como la búsqueda de restaurantes cercanos a pie o la integración con el servicio de taxis/conductores UBER.
Tened cuidado estas navidades, recordad que la tontería os puede costar mucho más que no llegar a ver el diseño del iPhone 6 el próximo año.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Formas de aparcar

El estacionamiento como conducta social

La forma de conducir, así como cualquier otra conducta social, puede identificar a la propia persona y de eso es lo que trata el estudio llevado a cabo por Sergio Delgado, estudiante de psicología y en donde explica junto con el dibujo de un parking la relación existente entre la forma de realizar un estacionamiento del vehículo dentro de un entorno social como es un estacionamiento público o privado y los trastornos de personalidad de los individuos.
En el dibujo del parking imaginario y que he copiado íntegramente, enumera los once tipos de trastornos de personalidad que él mismo interpreta y define como:

1.- Paranoide: ¡Arrinconado otra vez! “Recuerda que no puedes confiar en nadie”
2.- Narcisista: “Mi coche es el más grande y más lujoso y me gusta que lo tengas claro”
3.- Dependiente: “Necesito a los otros coches para sentirme protegido”
4.- Pasivo-Agresivo: “Estaciono en el oblicuo para ocupar al menos 2 espacios”
5.- Límite: “Golpeo el coche de mi ex-amante”
6.- Antisocial: “Obstaculizo y molesto a los otros coches”
7.- Histrónico: “Estaciono en el centro para dar un efecto escénico”
8.- Obsesivo: “Realizo un alineamiento perfecto en la playa de estacionamiento”
9.- Evitativo: “Me escondo en la esquina”
10.- Esquizoide: “No puedo tolerar la cercanía de los otros coches”
11.- Esquizotípico: “Mi estacionamiento es intergaláctico. Lo sé: soy excéntrico, diferente, raro y me gusta que lo tengas claro”
Muy interesante el estudio, a título de curiosidad, pero el escenario vial no podemos compararlo solamente con un parking así como tampoco podemos contar con una única maniobra para describir el perfil de la persona que maneja los mandos de un vehículo puesto que la conducción requiere de un cúmulo de maniobras que hacen de la conducción, a veces, compleja pero no por ello sujeta a conductas no deseadas, a no ser que exista voluntariedad.

martes, 10 de diciembre de 2013

¿Sin casco?, cada día entiendo menos

Los sijs quieren poder ir en moto pero sin el casco, ya que ponérselo sin quitarse el turbante es imposible.

La comunidad sijista que reside en Olot (la más numerosa de Catalunya, con más de 1.700 empadronados) intenta lograr que los que profesan esta religión y cubren su cabeza con esta tela (que puede llegar a alcanzar los siete metros de longitud) queden exentos en España del Reglamento General de Circulación, tal como ya ocurre desde hace años no sólo en India sino también en países de la Unión Europea, como el Reino Unido, o en Canadá.